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El Poble Espanyol
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Información histórica
En Montjuïc, en el marco de la Exposición Internacional de 1929, se decidió la construcción de un Pueblo Español como síntesis de la arquitectura y la artesanía de las diversas regiones españolas que se incluiría entre los pabellones dedicados al arte. Ya se habían realizado otras exposiciones donde se habían hecho recreaciones arquitectónicas, como por ejemplo un barrio medieval en Turín o un pueblo flamenco en Amberes. Por lo tanto, el proyecto habría podido quedar como otro ejercicio escenográfico, pero el gran acierto y las inquietudes culturales de los arquitectos Ramon Reventós y Francesc Folquera junto con los artistas Miquel Utrillo y Xavier Nogués, lograron un conjunto respetuoso y sensible de elementos arquitectónicos de las diferentes culturas españolas. El objetivo no era reunir un conjunto de obras maestras de la arquitectura española, sino construir un verdadero pueblo con todos sus elementos: calles, plazas, edificios públicos, tiendas, etc. para ofrecer una síntesis de la variedad y complejidad de España, con sus diferentes pueblos, historias, culturas y lenguas. Con esta idea, los cuatro profesionales realizaron varios viajes por la península durante los años 1927 y 1928 para recoger material iconográfico. Dado el poco tiempo del que disponían, el ayuntamiento de Barcelona compró un coche de la marca “Hispano Suiza” y lo puso a su disposición, con chófer incluido. Durante estos viajes se hicieron cientos de fotografías, anotaciones y dibujos que permitieron elegir los elementos arquitectónicos que mejor se adaptaban a la idea que debían materializar. En total realizaron tres viajes, visitando unas mil seiscientas poblaciones. El Pueblo Español fue edificado en trece meses. En principio debía ser una obra efímera, que debía durar lo mismo que la Exposición Internacional, pero tuvo tanto éxito que sobrevivió al acontecimiento, siendo hoy en día un espacio muy apreciado de la ciudad.
Para conocer mejor la zona
En el Poble Espanyol se accede por una reproducción de la puerta de San Vicente de Ávila, la más imponente de las ocho que dan acceso a esta ciudad, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el año 1985. Una vez atravesada la plaza Castellana se llega a la plaza Mayor, el auténtico centro neurálgico del recinto, como paso a la mayoría de pueblos del recinto. Esta plaza tiene la estructura de la plaza Mayor de Riaza, un pueblo de la provincia de Segovia, y en su alrededores se han levantado edificios provenientes de diferentes comunidades autónomas que constituyen una especie de resumen arquitectónico de la península. El ayuntamiento del Poble Espanyol, que tanto protagonismo tiene en la película, es una reproducción, más grande que el original, del de Vall-de-Roures, un pueblo de Aragón. En el interior, la escalinata que da acceso a la primera planta está inspirada en un edificio de jesuitas de Orihuela (Alicante), y en la sala principal se han reproducido el magnífico artesanado y la galería de madera de la Sala Mayor del antiguo Palacio de la Generalitat valenciana. A parte de este edificio, en la plaza hay reproducciones de otros ayuntamientos como los de Sigüenza, Graus o La Fresneda. Como ya se ha comentado, la representación arquitectónica es amplia y diversa, donde se pueden encontrar desde las gradas de la catedral de Santiago a un monasterio románico catalán compuesto de elementos originarios de diferentes monasterios de Cataluña, pasando por el campanario de Utebo, de estilo mudéjar, sin duda una de las construcciones más destacadas del recinto, o una callejuela blanqueada y estrecha característica de Andalucía, con flores y arcos que sirven de contrafuertes para aguantar las paredes y las rejas. Además de los edificios, un conjunto interesante de tiendas artesanales intentan representar la variedad de productos del país. En el interior del recinto se encuentran el Museo de Artes, Industrias y tradiciones populares y el Museo de las Artes Gráficas. Por último, destacar la incorporación al Poble Espanyol de una excelente colección de arte contemporáneo, propiedad de Francisco Daurella. La fundación Fran Daurel muestra más de 200 obras de artistas tan relevantes como Picasso, Tàpies, Miró, Dalí, Saura o Chillida. Recientemente, la Fundación ha creado el Jardín de Esculturas, al que se accede por la puerta de Montblanc. Un espacio de 3.500 m2 permite gozar de una colección de 27 esculturas de 20 artistas contemporáneos.
Muy cerca del Pueblo Español se encuentra el pabellón Mies van der Rohe, el Caixaforum y el Museu Nacional d’ Art de Catalunya (MNAC), el museo de arte catalán más importante del país.
Muy cerca del Pueblo Español se encuentra el pabellón Mies van der Rohe, el Caixaforum y el Museu Nacional d’ Art de Catalunya (MNAC), el museo de arte catalán más importante del país.
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